Cuerno de Jirafa: La historia detrás del libro

La historia de Cuerno de Jirafa y otros efectos secundarios podría decirse que comenzó hace seis años, cuando escribí el primer borrador de Reflejo, pero creo que va mucho más allá. Este libro es la culminación de una etapa en mi vida, un viaje que inició cuando tenía siete años y, sin saber nada sobre el mundo de la literatura, decidí que quería ser escritor. Desde entonces, he juntado palabras en torno a vampiros, viajes intergalácticos, asesinos, brujas, pero, sobre todo, personas.
A lo largo de estos años, la iteración ha sido mi única constante. A los trece, cuando descubrí a Poe y el relato como género, estaba convencido de que quería escribir así, al menos en lo que respecta al terror. Con la ingenuidad de un niño, juraba que escribiría novelas de quinientas páginas o más. Durante los siguientes años, me dediqué a leer terror y fantasía, principalmente, hasta que, a los dieciocho, empecé a estudiar ingeniería y descubrí que la escritura era mi único escape para encontrar un poco de tranquilidad. Desde la primera semana en la facultad, supe que aquella carrera solo me daría dos cosas: desesperación y, eventualmente, un diploma universitario.
Pasaron varios años en los que escribía un poco de esto y otro de aquello. Hacia finales de 2018, probablemente en la temporada de brujas, comencé a escribir el primer borrador de lo que hoy es Reflejo: un par de páginas y un título provisional relacionado con cartas y una memoria perdida. Luego, en 2019, cuando ingresé al Taller de Creación Literaria de la Universidad de Antioquia, todo comenzó a tomar forma.
Durante mi primer semestre en el taller, presenté las primeras versiones de dos relatos: La habitación y El lector (este último, curiosamente, sigue inconcluso al momento de escribir este artículo). De ese espacio, dos cosas marcaron un antes y un después en mi proceso creativo. Primero, la oportunidad de ser escuchado y leído con objetividad, lo que me dio la confianza de que, si lo quería, podía cumplir mi sueño de la infancia. Segundo, la recomendación del maestro Luis Fernando Macías de leer los cuentos de Roald Dahl.
Así llegó la etapa más productiva de mi escritura. Descubrir la obra de Dahl fue un punto de inflexión: su estilo único, sus giros de tuerca y su capacidad para mezclar lo real con lo absurdo desataron en mí un torrente de creatividad que ningún otro autor había logrado. Fue entonces cuando nacieron los primeros borradores de El sastre, La señora Holmes y Cuerno de Jirafa.
En el camino, hubo otras influencias que ayudaron a dar forma definitiva a esta antología. Primero, el curso especializado de escritura creativa de la Wesleyan University, donde descubrí, entre otras cosas, la estructura ABDCE, lo que mejoró mi técnica de manera sustancial. Luego, el encuentro con algunos relatos de Henry James, que me inspiraron para escribir Interior e Historia de una infidelidad.
A lo largo de estos años, la escritura ha sido mucho más que un pasatiempo; ha sido mi refugio y mi manera de entender el mundo. Cuerno de Jirafa y otros efectos secundarios no es solo una colección de relatos, sino el reflejo de mi evolución como escritor. Cada historia es una pieza de este viaje, desde aquel niño que escribía sobre vampiros hasta el adulto que encuentra en las palabras su verdadero lugar. Publicar este libro es cumplir un sueño y, al mismo tiempo, la promesa de que cada nuevo relato será una exploración de lo fantástico y lo cotidiano. Gracias por acompañarme en este recorrido literario; espero que cada historia logre sorprender y emocionar a quienes decidan aventurarse en sus páginas.
